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  ¡Que todos vuelvan a casa! Sobre el canje de prisioneros  
 
Carta de Simón Trinidad
 
Comandantes Carlos Antonio Lozada, Jorge Briceüo ``Mono Jojoy'' y Dr.Juvenal Ovidio Ricardo Palmera Pineda ``Simón Trinidad''.
Foto: ``Red Resistencia'

Comandantes Carlos Antonio Lozada, Jorge Briceüo "Mono Jojoy" y Dr.Juvenal Ovidio Ricardo Palmera Pineda "Simón Trinidad" Foto: "Red Resistencia"

 
 
 
 

Por Iván Márquez

El canje de prisioneros de guerra está hoy entre el pantano y la orilla. Entre la obcecación de un gobernante y la luz al final del túnel. Es lucha y forcejeo. Es un imperativo de la razón y del sentido común en un conflicto que se agudiza y escala cada día. A esa orilla del intercambio humanitario se debe llegar indefectiblemente, y hasta por encima del odio de Uribe, que quiere hundirlo para siempre en el pantano.

Colombia necesita un mecanismo, una ley para resolver el problema y más aún cuando no se avizora en el horizonte la posibilidad de una solución del conflicto. Las partes contendientes van a hacer más prisioneros; y la reclusión de militares, policías, dirigentes políticos y guerrilleros, en las montañas y en las cárceles, no se puede extender a perpetuidad.

Mientras en el Medio Oriente dos acérrimos enemigos, el sionismo israelí y el pueblo palestino que lucha por su tierra, acuerdan sin mayores arandelas el canje de prisioneros, en Colombia la contumacia de un presidente causa desazón y un terrible daño moral a las esperanzas de mucha gente. No escucha a gobiernos amigos, ni a los familiares de los prisioneros, ni a los ex-presidentes, ni al Papa. Solo escucha su propia obstinación.

Uribe le ha atravesado todos los obstáculos al intercambio humanitario. Para él no es válido ni aplicable el Protocolo de Ginebra a pesar de que Colombia es país signatario del mismo. Se niega a nombrar sus plenipotenciarios o negociadores cuando las FARC hace muchos meses designaron los suyos. Entiende el canje como destierro de los combatientes guerrilleros a países de ultramar. Se le ha metido en la cabeza la quimera de que liberar a éstos es desmoralizar las tropas. Rechazó la carta que le dirigieran los expresidentes López, Samper y Turbay, tanto a él como al comandante Marulanda, aduciendo que lo colocaban en el nivel de un "jefe terrorista". Y este es otro Caballo de Troya contra el intercambio humanitario: "no vamos a canjear ciudadanos de bien por delincuentes terroristas", dicen. Ante esto cabría preguntarse ¿quiénes son realmente los terroristas criminales? Como bien lo señalaba el ex-presidente López no tiene sentido en este caso descalificar al adversario. Para una gran franja de opinión es incomprensible que mientras el presidente Álvaro Uribe se muestra benévolo con los más tenebrosos jefes paramilitares a los cuales condecora con una ley de alternatividad penal que los exonerará totalmente por sus crímenes de lesa humanidad y les saneará sus capitales mal habidos, sea tan insensible e indolente ante el drama de unos oficiales y suboficiales de la fuerza pública que arriesgaron su pellejo defendiendo las instituciones y al gobierno; el mismo que hoy los condena al abandono, a la selva y al olvido.

Ahora Uribe proyecta y acaricia otra perversidad que no solo entrabaría aún más la posibilidad del canje, sino que significaría un alto costo a las oligarquías arrodilladas: la extradición de guerrilleros colombianos a los Estados Unidos. Los familiares de los militares y dirigentes políticos en poder de la insurgencia deben tomar en serio este asunto e interponerse con fuerza a esta intención que, además de arrojar al limbo el intercambio humanitario, es una afrenta a la soberanía y a la dignidad de la patria.

Los guerrilleros son ante todo luchadores políticos. Rebeldes contra un sistema injusto que oprime. Y la rebeldía es una actitud justificada plenamente por el derecho universal. Este derecho no podrá desaparecer de la faz de Colombia por truculencias jurídicas, y no podrá quedar atrapado entre leyes concebidas como telarañas para enredar en ellas al pueblo y para perpetuar el abuso y la opresión. Desnaturalizar el delito político, como lo hace la oligarquía colombiana es arrojar al mar la llave que habrá de abrir algún día las puertas a la paz concertada. Y lo más grave es que lo hace a través de patrañas abominables como ésa del "narcoterrorismo".

La extradición de nacionales, quienesquiera que ellos sean, más temprano que tarde debe ser juzgada como delito de alta traición a la patria. El país que ha resistido durante casi dos años los furiosos bombardeos mediáticos del gobierno, empieza a reaccionar. No va ser fácil satanizar la dignidad de la gente que se opone con decoro a la postración de nuestra soberanía ante las cortes gringas. ¿Quién erigió al gran terrorista universal y violador de los derechos humanos, en el juez supremo de los pueblos del mundo? El gobierno de los Estados Unidos no tiene moral para nada.

Es de suponer, que el pueblo que derrotó el referendo uribista, derrotará también la ambición reeleccionista del incendiario del país que quiere proseguir una guerra que no está ganando y nunca ganará y que se opone, terco, al canje de prisioneros.

Para el justo anhelo de intercambio humanitario es muy valioso el pronunciamiento de Semana Santa de la jerarquía católica de Colombia. E igualmente, su respaldo a la solución política del conflicto. Saben ellos que el canje de prisioneros puede crear las condiciones para la necesaria apertura de las alamedas del entendimiento y del pacto social.

Queremos a Simón Trinidad y a todos nuestros guerrilleros de regreso a casa; y también queremos que Ingrid, el ex ministro de Estado Fernando Araújo, los ex parlamentarios y diputados, los militares y policías, y hasta los gringos prisioneros, regresen a su casa como producto de un acuerdo entre el gobierno de Colombia y las FARC. ¡Que todos regresen a casa!

Carta de Simón Trinidad

Atodos los compatriotas que anhelan y luchan por una patria con trabajo, pan, techo, salud, educación, libertades políticas, unas Fuerzas Armadas Bolivarianas y el respeto a nuestra soberanía nacional:

Hace años sé que la cárcel es también una posibilidad en nuestro camino de la victoria. Por eso, en mi condición de prisionero de guerra, continuaré la lucha. Así me lo dicta mi conciencia; sigo convencido que la causa popular, esa que abracé años atrás y por la que abandoné todos los privilegios económicos, sociales, culturales y políticos que algún día tuve, es la más justa y noble que un revolucionario de verdad debe asumir. Así me lo han enseñado con su ejemplo millones de compatriotas sencillos, humildes, pero muy valientes, que en variadas formas de combate popular, históricamente buscaron y buscan realizar los profundos cambios que requiere, urgente, Colombia.

La minoría uribista en el poder, pretende desmoralizar a los luchadores populares y a sus organizaciones al hacer creer que con mi captura en Ecuador, han dado un golpe demoledor a las FARC , Ejército del Pueblo.

Vana ilusión. Soy sólo uno más de los tantos miles de guerrilleros de la organización. Las FARC-EP seguirán sólidas en toda Colombia porque las causas que dieron origen a nuestro alzamiento en armas siguen vigentes: un régimen político oligárquico, corrupto y terrorista, que ha entregado nuestra soberanía a los Estados Unidos; la concentración indignante de la riqueza; las profundas desigualdades sociales que dividen a los colombianos; y unas Fuerzas Militares que sostienen con la guerra todo lo anterior y traidoras al ideario del Libertador Simón Bolívar.

En Ecuador adelantaba una misión importante para el futuro de la paz en Colombia, pero no estoy autorizado para decir cuál. Nadie me delató en Quitó. Por el seguimiento que le hacían a la persona donde me alojé, la Policía me descubrió y le informó a militares colombianos y agentes gringos, quienes hicieron el operativo de captura. Así que el pago de miles y miles de dólares a un delator fantasma, es otro robo más de los corruptos que manejan los presupuestos multimillonarios para la 'seguridad democrática'.

Agradezco las voces de aliento de los periodistas hombres y mujeres apostados a la entrada de la Fiscalía, espero, eso sí, objetividad en la información. No se dejen manipular por sus jefes y dueños de ese aparato de propaganda oligárquica en que se convirtieron los medios de información.

Y no más, porque estoy violando determinaciones superiores, no estoy autorizado para dar opiniones públicas, sólo el Estado Mayor y su Secretariado están pronunciándose públicamente y yo no pertenezco ni al uno ni al otro.

Abrazo revolucionario a todos los combatientes de las FARC, Ejército del Pueblo, a los milicianos populares y bolivarianos, a los camaradas del Partido Comunista Clandestino Colombiano y sobre todo, a los miles de obreros, campesinos, estudiantes populares, indígenas, profesionales, artistas, militares patriotas y sacerdotes de base miembros del Movimiento Bolivariano.

 

¡Viva Bolívar! y adelante con la lucha.

¡Contra el imperialismo, por la patria!

¡Contra la oligarquía, por el pueblo!

 

Simón Trinidad.

 
 
 
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``Hasta La Victoria Final!''. 
Foto: ``Red Resistencia'

Comandante Simón Trinidad y comandante Iván Márquez Foto: FARC-EP

 
 

Texto preparativo por: http://six.swix.ch/farcep/Revista/Resistencia32/Web/
Prof.A.M.Maysky y General Vargas: Redacción Rusa "Soprotivleniye".

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