Guerrillera de las FARC-EP. Foto: Jason.P.Howe, 2002.
Las FARC-EP, la casa de todas y todos
Las colombianas en las FARC-EP encuentra su casa y también las mujeres internacionalistas del mundo que entienden el desarrollo mezquino y excluyente del sistema capitalista y su modelo neoliberal, que no sólo afecta a los países oprimidos sino también a las sociedades de naciones industrializadas que mayores logros sociales alcanzaron en los años anteriores.
En uno y otro caso, la mujer sufre con mayor fuerza los rigores de este modelo. En el caso de las colombianas, conquistas en la salud, entre otras, la atención en las etapas del embarazo y la maternidad, y la educación de los niños han ido desapareciendo. Y en cuanto a las mujeres de los países de mayor desarrollo, el recorte de las garantías sociales de las que gozaban hombres y mujeres, luego de la segunda guerra mundial, las perjudica enormemente.
Ni hablar de las mujeres inmigrantes, condenadas a realizar trabajos en el sector de los servicios, fundamentalmente en labores domésticas y el cuidado de ancianos e inválidos, oficio que hoy se disputan con las mujeres de los países industrializados por causa del creciente desempleo y por falta de puestos de trabajo en sus profesiones, ahondando la xenofobia en la competencia por el mercado laboral. Tengamos en cuenta, que del total de la población mundial, las mujeres, son el 52%.
La mujer colombiana, la del pueblo, no ha tenido la menor oportunidad de acceder a las riquezas que nuestra patria genera, su vida esta signada por la reproducción de mano de obra barata y dependiente de las migajas que la oligarquía a bien tiene repartir, para no morirse de hambre. Las privatizaciones en sectores estratégicos como la salud, la educación, sumándole la política paramilitar con sus efectos inmediatos, el desplazamientos, descarga sobre los hombros de la mujer más sufrimientos y angustias.
Hace poco, Colombia y el mundo vieron a través de la televisión, el pavoroso incendio de más de 600 viviendas del combativo barrio el Pinal de la Comuna Nororiental del municipio de Bello en la ciudad de Medellín. Eran los hogares de desplazados que huían del Terrorismo de Estado. Los medios de comunicación, de manera oportunista mostraron fundamentalmente a mujeres y niños afectados por ésta calamidad. Quién sabe si las hordas uribistas le prendieron candela para limpiar esta ciudad de “casitas feas”.
Guerrillera de las FARC-EP. Los Pósos, Caqueta. Photo: Jason P. Howe,
2002.
Las mujeres, nacionales y extranjeras que constantemente visitan los campamentos de las FARC-EP, se llevan una grata impresión del trabajo mancomunado que realizan las unidades: abriendo caminos, rozando cultivos de plátano y yuca, participando en las horas recreativas y deportivas, en misiones para explicarle al pueblo colombiano su política y propuestas, y por supuesto enfrentando en primera línea de combate a las fuerzas represivas del Estado colombiano.
“Llegó la hora de contar con la otra mitad de la población para la construcción de un mundo mejor” decía la ponencia presentada por Nubia guerrillera fariana pulcramente vestida con su uniforme militar, el pasado 8 de marzo con ocasión del día Internacional de la Mujer. Y agregaba, “en esta tarea estamos empeñadas todas las guerrilleras, porque aquí en las FARC-EP, tenemos el mismo deber y derecho, en igualdad de condición que los hombres”.
Nubia es legítima heredera de la tradición de lucha de la mujer colombiana, desde la cacica Gaitana, la comunera Manuela Beltrán, Policarpa Salavarrieta y Antonia Santos heroínas de la independencia y Manuela Sáenz quien hizo parte del Ejército Libertador comandado por Simón Bolívar, Maria Cano “La Flor del Trabajo” de la primera mitad del siglo pasado, las guerrilleras marquetalianas Judith Grisales y Miryan Narváez y un sinnúmero de luchadoras anónimas que lucharon, luchan y lucharan por una patria mejor.
Avanza la construcción del Ejército del Pueblo, con hombres y mujeres decididas a construir la nueva Colombia, por eso sin ninguna vacilación proclamamos, las FARC-EP la casa de todos y todas.