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  La masacre continúa  
 
Por Leonel Terraza
 
 
 
 
 

Las luchas del pueblo colombiano siempre han estado en la mira de los gringos con la complicidad de militares antipatriotas. El 6 de diciembre de 1928, en la ciudad de Ciénaga, departamento del Magdalena, fueron asesinados miles de trabajadores en la plaza principal. El presidente de la época era Miguel Abadía Méndez y el oficial que dio la orden, el general Carlos Cortés Vargas.

Nos cuenta la historia que allí se instaló la empresa bananera estadounidense United Fruit Company. Miles de trabajadores se vincularon con la ilusión de tener un trabajo, para sostener sus familias. Pronto vieron truncadas sus esperanzas, la empresa les pagaba un salario bajo, los hacía trabajar doce horas y los obligaba a comprar en el comisariato (tienda de la empresa) los productos necesarios. Siempre el trabajador quedaba endeudado.

Estas injusticias, entre otras circunstancias, llevaron a los trabajadores a fundar el sindicato; con el fin de llegar a un acuerdo con la empresa. Duraron meses buscando a los representantes, todos los funcionarios decían que ellos no tenían autorización. Por tanto se decretó la huelga, a los treinta y cinco días los dueños de la empresa los convocaron a la plaza de Ciénaga.

Asistieron la mayoría de trabajadores, muchos con sus familias, querían ver de cerca al misterioso representante de la United. Cuando estaba concentrada la mayoría, el general Cortés Vargas ordenó a los soldados, que con antelación se habían ubicado en los tejados de las casas, abrir fuego contra la multitud. Nadie sabe hasta la fecha cuantos murieron.

Al igual que hoy, el presidente de la época trató de delincuentes a los trabajadores; los cadáveres fueron arrojados al mar y se negó que hubiera ocurrido la matanza. García Márquez en su libro Cien Años de Soledad recoge la historia: "Еdebían ser como tres mil los muertos (Е) pero en Macondo no ha pasado nada, no está pasando nada y no pasará nunca. Este es un pueblo feliz".

"Еnaturalmente no hay que pensar que el gobierno ejerció ninguna presión para que se reconociera la justicia de los obreros. Estos eran colombianos y la compañía era americana y dolorosamente lo sabemos que en este país el gobierno tiene para los colombianos la metralla homicida y una temblorosa rodilla en tierra ante el oro americano", verbo valiente de Jorge Eliécer Gaitán que en 1929 denunció en el Congreso el genocidio. La oligarquía ha ocultado sistemáticamente la barbarie. Eso hace 76 años y la masacre continúa.

Hoy el neoliberalismo ha borrado de tajo las conquistas laborales, conseguidas con la sangre de la clase obrera colombiana. El asesinato sigue siendo arma preferida de la patronal, sustentados en el terror del Estado. Así se diezma el número de sindicalizados. Ahí está el origen de las matanzas del Plan Colombia.

Se responde con paros, huelgas, manifestaciones y denuncias. Se buscan nuevas formas organizativas. Sólo la unidad de todas las fuerzas revolucionarias y democráticas, podrá enfrentar con éxito la barbarie. El Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, es una de las experiencias que viene asumiendo el pueblo para enfrentar a la oligarquía y el imperialismo en sus pretensiones de someter a Colombia al fascismo.

 
 
 
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Texto preparativo por: http://six.swix.ch/farcep/Revista/Resistencia32/Web/
Prof.A.M.Maysky y General Vargas: Redacción Rusa "Soprotivleniye".

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